Gabriella Campbell titula este libro: “Lectores aéreos: un relato de terror y catorce de fantasía”. Me confieso una inepta total a la hora de identificar el relato de terror porque en muchos de ellos el lado macabro de la vida le da la mano descaradamente a la fantasía componiendo un libro de relatos al más puro estilo de Roald Dahl. Ya sabéis a lo que me refiero con estilo Dahl: un toque suave de humor irónico –el humor de su autora tiene un toque inglés que me encanta– que se derrama como una estela mientras recorremos sus páginas hasta que nos sorprende un final inesperado por completo. Os resumo a grandes rasgos estos relatos:
- Ir a morir: un relato de tintes agridulces en un mundo futurista cuyas emociones, sin embargo, no difieren mucho de las actuales. Me encantan las mantícoras.
- Musa: ¿Hay algo más triste que ser solo musa y no creador? Inspirar a los demás sin pretenderlo termina a veces de forma escalofriante.
- El día en que desaparecimos: Al principio, solo parecía que las cosas estaban levemente cambiadas. Una casa que se había movido o cambiado de tamaño. Pero, al final…oh, esos finales de Gabriella.
- Polvo: No pude evitar que me recordara a Silber y supongo que es la idea gérmen que subyace bajo “El fin de los sueños”. Supongamos que abrimos una puerta a una realidad diferente en la que todo, incluso el tiempo, es diferente.
- Paredes como gargantas: La casa está viva. Susana y Enric, que viven en ella, lo saben. La casa es temperamental. Un cuento que me recordó a “La casa de la colina negra” de Cotrina. Todo se pega ;D
- La curiosidad de Tim: Supongamos que un día recogemos unos cascos con los que podemos oír los pensamientos de los demás ¿Realmente sería un regalo?
- El extraordinario caso de Emil Von Trope y Jack el Destripador: Uno de los cuentos de la antología que más me recuerda al estilo de Dahl. Retrata con fina ironía la superchería de la buena sociedad y pone el final como la guinda de un pastel elaborado y delicioso.
- Black Magic woman: un cuento extraño, cargado de un precioso simbolismo y de poesía. Con un final que te deja con un sabor de boca…salado.
- Nada en el mundo: Un recorrido sensible y exquisitamente bien escrito por las sensaciones de un adicto, con un final mágico.
- Un romance eléctrico: Hay amores eléctricos, amores que no se programan y que tienen en los amantes un efecto desconocido. Un guiño a la corte francesa y a la Fantasía con mayúscula.
- Historia de un plagio: ¿Es el amor una miseria humana?
- Delirio: “El duque de Sajonia-Coburgo-Saafeld decía que estaba hecho de cristal”. Con esta magistral frase empieza este relato convertido en un delirio de fantasía para el lector.
- Lo inevitable: ¿Cómo actuaríamos si nuestro destino estuviera escrito?
- Lectores aéreos: El cuento que da nombre al libro. Un ejemplo de cómo decir tanto con tan pocas palabras.
- Y diente por diente: Lo malo de la reencarnación es cuando nos toca pagar deudas de vidas anteriores que no recordamos.
Tendría verdaderas dificultades para elegir uno solo de estos cuentos. Tanto que creo que este libro es una joyita para los amantes de la Literatura -no solo de la literatura fantástica- que no debéis dejar escapar.