Hace mucho tiempo que leí esta cita de George R. R. Martin sobre los tipos de escritores, que él clasifica en jardinero y arquitecto.
“I think there are two types of writers, the architects and the gardeners. The architects plan everything ahead of time, like an architect building a house. They know how many rooms are going to be in the house, what kind of roof they’re going to have, where the wires are going to run, what kind of plumbing there’s going to be. They have the whole thing designed and blueprinted out before they even nail the first board up. The gardeners dig a hole, drop in a seed and water it. They kind of know what seed it is, they know if planted a fantasy seed or mystery seed or whatever. But as the plant comes up and they water it, they don’t know how many branches it’s going to have, they find out as it grows. And I’m much more a gardener than an architect.
El primer borrador de tu novela es distinto si eres un escritor de mapa (o arquitecto) que si eres un escritor de brújula (o jardinero).
¿Por qué? Porque el escritor de mapa ya ha hecho el trabajo gordo antes, ahora se trata solo de pulir el estilo, pero no habrá problemas en la estructura o en los personajes. Y para el escritor de brújula ahora es cuando empieza lo más duro, porque no solo será el estilo sino que también habrá que pulir trama y ver que todo cuadre.
En mi caso, soy algo así como una mezcla de los dos y, como creo que esto es frecuente, lo voy a llamar el escritor paisajista. Porque sí, porque yo lo valgo.
¿Qué es un escritor paisajista?
Un paisajista tiene que hacer un análisis del terreno previo a realizar el jardín para el que se le contrata. Primero hace un croquis del terreno (como el mapa que dibujas de tu mundo), luego ve si el suelo es útil o hay que añadir tierra (como cuando tú ves que tu idea es idéntica a la de un libro juvenil que se ha publicado y tienes que añadir cosas para distinguirlas) y, una vez ha hecho este estudio preliminar, se sienta a diseñar los puntos fundamentales del proyecto.
Como escritora paisajista, suelo hacer un diseño de mapa de mi mundo (que es una porquería, entendedme, no soy Libertad Delgado), pero me sirve para no perderme. Hago una ficha de personajes. Antes no la hacía pero después de cagarla con la historia de uno de ellos en Leyendas de la Tierra Límite, lo que me obligó a reescribir casi la mitad de la novela, sí que lo hago. Y pongo en una especie de escaleta los puntos fundamentales de la estructura: qué pasa en general, los principales puntos de giro y cómo termina.
Luego empiezo. Como el que va de viaje y solo ha reservado hoteles pero no se ha preparado ni visitas ni excursiones ni sabe nada de nada de la ciudad que va a visitar. Solo sabe la fecha de ida, la de vuelta y el hotel.
Me gusta hacerlo así porque a lo largo de la novela la escritura se va llenando de un montón de cosas que se me ocurren en el camino. De noticias que oyes, de conversaciones, de imágenes que te gustan. Sería incapaz de hacerlo todo desde el principio.
El problema de ser escritora paisajista es que a veces, a lo largo del recorrido, te das cuenta de que hay un escollo en el terreno que no viste antes de meterte en faena y tienes que retroceder para replantear esa parte. Acabo de terminar el borrador de una comedia romántica, pero en realidad no es el primer borrador porque he vuelto hacia atrás ya dos veces. También me pasó con la novela de fantasía juvenil que tengo pendiente de valoración editorial. Que tuve que retroceder y reorientar.
El escritor de mapa o arquitecto tiene toda la historia en la cabeza punto por punto. No hay nada que la naturaleza pueda hacer para cambiarla. Un terremoto sería lo único que acabaría con su estructura.
El escritor jardinero planta sin saber si todas las semillas saldrán. Empieza a escribir la historia sin el final en la cabeza, sin el recorrido. Planta y riega y espera que la semilla florezca. Cualquier cosa puede afectar a su novela, pero es hermosa y salvaje cuando termina.
El escritor paisajista ve las posibilidades del terreno antes de plantar y valora qué semillas escoger, qué terreno es apropiado y cuándo terminara cada historia. Su novela puede ser afectada por las mismas cosas que el escritor jardinero, pero tendrá recursos para sustituir las pérdidas.
Al final es cuestión de naturalezas, ¿no crees?
Me gusta mucho la definición de paisajista para definir el punto intermedio entre brújula y mapa. Casualmente por cierto, tengo preparado un artículo hablando de este tipo de escritura así que te meto en la mini lista de artículos recomendados que hay al final :D. Lo sacaré cuando termine de hacerle la imagen de cabecera xD.
Yo ya hago todo eso incluso con los relatos. Alguna que otra vez me he lanzado de cabeza sin apenas nada más que los nombres y al final me atasco lo más grande, así que antes de empezar le doy un par de vueltas, hago un mini esquema y me pongo. Casi siempre me lo acabo saltando porque el definitivo lo suelo sacar al cabo de un par de borradores (o mitad y mitad porque a menudo los dejo a medio hacer y vuelvo a empezar) que ya sé cómo va a ir la historia.
¡Creo que yo también soy paisajista! Porque establezco categorías, dibujo mundos, los visualizo, caracterizo los personajes y preparo escaletas muy detalladas con sus nudos y finales. Todo ello para que creerme la historia, para volverla real para mí (soy un escéptico en lo que respecta a mis historias, necesito pruebas para creérmelas :D). Finalmente encaro la escritura pero no consulto notas: me gusta pensar que lo que vaya a necesitar en el viaje ya está en mi cabeza, lo conozco, es real.
Es un hermoso artículo, Ana. Adoro tus metáforas sobre los escritores. Saludos desde Argentina.
Hola Ana:
Yo soy paisajista/jardinero. Lo de arquitecto me parece como trabajar o hacer matemáticas, y lo evito. Las mejores ideas me vienen cuando me meto en la historia.
Un abrazo.
Yo soy de mapa y a mucha honra. Me gusta tener todo planeado por adelantado para que cosas como plot holes no previstos me detengan de la deliciosa tarea de escribir e ir descubriendo poco a poco mi propia historia.
Intenté una vez ser escritor de brújula y simplemente no pude, me ganó más el deseo de querer saber por donde iba a ir la historia que dejar que los personajes hicieran su santa voluntad (pero aún así, un personaje se logró revelar a mis deseos).
Yo comencé siendo jardinero, pasé a paisajista y cada vez empiezo a ser más arquitecto o de mapa. Básicamente he ido viendo que así soy más efectivo y termino más escritos cuando los tengo bien planificados.
El cambio no responde a una cuestión subjetiva sino puramente práctica.
Además, hacer ese trabajo de cuadrar, pensar, afinar la idea antes de enfrentarte a la hoja en blanco mejora el resultado. Eso sí, sí durante la escritura veo o descubro que hay alguna idea realmente interesante que me apetece meter, no dudo en hacer un alto y ver si cuaja dentro del esquema general.
Yo también soy un paisajista, mis historias están planeadas y conozco de antemano lo que va a ocurrir y cómo terminará todo, pero después, cuando uno se pone a escribir, las cosas pueden cambiar y mucho. Yo también he tenido que retroceder mucho en la historia debido a improvisaciones que han surgido durante el proceso de escritura. Sin embargo considero esto como algo divertido, ya que uno mismo nunca puede estar seguro de que todo irá tal y como lo había previsto, sorprendiéndose uno mismo con el resultado final. No conocía estos términos y me parece que paisajista le va que ni pintado. Un saludo.
¿Verdad que sí? Gracias XD
Me siento muy identificado con el paisajista. Me gusta hacer un bosquejo general de toda la trama y tener una idea del final. Pero luego en la medida que voy escribiendo me gusta dejarme llevar y hacer que fluya la historia. Siempre aparecen cosas interesantes.
Yo no soy paisajista ni jardinero pero me encanta la naturaleza y me encantaria ver como es un libro escrito por un paisajista, ¿ no has escrito un libro antes ?
Si miras hacia arriba en la misma página, verás una pestaña en el menú que pone «Mis libros». Tengo unos cuantos ;D