Imagina mezclar una historia de una boda caótica en plan Todas las bodas necesitan un plan B (comedia romántica de la gran Rebeca Rus que si no has leído te recomiendo) con El día de la marmota. Una locura, ¿verdad? Pues Boda a prueba, de Annette Christie parte de esa premisa.
Un bucle temporal en un ensayo preboda
Megan y Tom, los protagonistas, se despiertan cada día en un bucle temporal que empieza el día del ensayo de su boda. Una pesadilla poblada de dificultades familiares —ninguno de los dos tiene una familia fácil de llevar—, secretos guardados tras doce años de relación que explotan en ese día, y todo lo que puede salir mal en una preboda.
Básicamente, porque la boda de Megan y Tom no es para Megan y Tom sino para sus familias. Durante la comida, los trapos sucios hacen temblar una relación que parecía imposible de romper.
La pareja, a pesar de llevar doce años juntos, no ha aprendido que la base para que una relación funcione es hablar y funcionar como un equipo. Muchas veces, hablar de forma sincera permite solucionar conflictos que de otra manera son difícilmente salvables.
La base para que una relación funcione es hablar
Recuerdo que la mujer de una pareja que se divorció me contaba en una ocasión que era muy raro que se hubieran divorciado porque ellos nunca se peleaban. Y yo pensé que lo raro entonces es que no lo hubieran hecho antes. No quiero decir que tengamos que estar todo el día a la gresca con nuestras parejas, no, pero muchas veces el no pelearse lo que indica es que no se comparten los puntos de fricción y que se guardan muchas porquerías bajo la alfombra, hasta que la alfombra tiene debajo una montaña de porquería difícil de contener.
Así que Megan y Tom, que eran de estos, se ven atrapados en un bucle temporal que no se solucionará hasta que no consigan solucionar sus problemas. Esa sensación de agobio además se intensifica —punto positivo para la autora— porque la acción transcurre en una isla, con lo que es difícil que puedan escapar del día en cuestión poniendo carretera de por medio.
Cosas que me han gustado de «Boda a prueba»
La historia está narrada a dos voces, en tercera persona, lo que nos permite conocer los dos puntos de vista, pero también en más profundidad a los secundarios. Magníficos secundarios que hacen que la boda te parezca un verdadero calvario y que producen situaciones de lo más divertido.
Puede que haya cosas en la trama que me chirríen (hay comportamientos de lo más tóxico en la relación, de falta de respeto en la base y terminé cogiéndole mucha antipatía a Megan), aunque supongo que eso hace que los personajes sean más humanos. Porque ni Megan ni Tom son perfectos, se equivocan, cometen errores garrafales, pero son capaces de evolucionar a medida que pasan los días, de recapacitar y de corregir.
En resumen, que es un libro entretenido, muy bien traducido por Pilar de la Peña, que puede hacerte pasar un buen rato. Si tuviera que ponerle estrellitas de esas que pone la gente en Goodreads, para mí sería un 3.5.